viernes, 10 de mayo de 2013

CHANTAJES Y CESIONES


La historia del patriarcado ha sido la historia de la opresión de las mujeres. En nuestro país el PP pretende arrebatarnos una conquista que ha tardado mucho en llegar desde que la II República nos lo concediera y que fue nuevamente legislado en 2010 por el gobierno socialista, el derecho a interrumpir voluntariamente un embarazo no deseado.

No fueron pocas las presiones y manifestaciones de los que pretenden imponer su moralidad desde los púlpitos y se pasan por el arco del triunfo la presunta aconfesionalidad de nuestro estado. Encolerizaron con el matrimonio homosexual y hemos visto cómo se las gastan en el país de la “liberté, égalité y fraternité”. También tienen su propia caverna. Aquí, eso no es noticia, la cuestión es que ahora tienen barra libre y connivencia ideológica de quienes nos gobiernan.

Nuestro ministro de justicia resulta que es más retrógrado que su padre, quien ya recurrió al Constitucional la primera ley del aborto. Otro ministro de interior, Jorge Fernández compara a las mujeres con terroristas. Diputadas del PP que afirman que las mujeres que abortan son tontas e ignorantes, ministras que se colocan la mantilla y se genuflexan ante instituciones no democráticas. Nuestro Presidente ha querido ser en algo el primero y lo fue visitando al Papa. La contra-reforma educativa del ministro Wert no está pactada con la comunidad pero sí con la Iglesia y para desgracia nuestra, las políticas de ocupación, a falta de competencia de la Sra. Báñez, las hace la virgen del Rocío.
Mariano Rajoy está firmemente decidido a cumplir su programa electoral en un único punto: el recorte en derechos y libertades de las mujeres. Tanta pancarta de la Conferencia Episcopal y el Foro de la Familia ha de ser recompensada. Llama escandalosamente la atención que ante los 6,2 millones de personas paradas de nuestro país, los desahucios o la pobreza infantil hayan permanecido callados.

El Partido Popular quiere arrancarnos una conquista social por puro sectarismo ideológico. Colocándonos a la cola de Europa, por detrás de un país tan fuertemente marcado por la religión como es Irlanda. Pretenden ir más allá de la ley aprobada por Felipe González en 1985, hacerla más prohibitiva, haciéndonos retroceder tres décadas a las mujeres españolas.

En 2010 el gobierno socialista aprobó una ley de plazos como nuestros vecinos europeos, tal sistema nos permite en las 14 primeras semanas decidir libremente interrumpir un embarazo no deseado. Pasado ese marco, se permite sólo en circunstancias de graves riesgos para la salud de la mujer o anomalías en el feto.

La propuesta de Gallardón elimina los plazos. Nos incapacita para decidir libremente sobre nuestra maternidad, incluso aún a riesgo de correr peligro nuestra salud será más complicado. Pero la cosa no queda sólo ahí: recordándonos al caso de la joven salvadoreña que está viviendo un calvario por la legislación prohibicionista, quiere eliminar el supuesto de la malformación fetal, obligando a seguir adelante a la mujer, aunque la familia haya decidido lo contrario. Una abominación que condenará al sufrimiento de muchas familias y criaturas.

La derecha se ha echado la sotana al cuello y se ha puesto a legislar en contra de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

En Mallorca, Maria Salom ha eliminado la Dirección Insular de Igualdad y cualquier programa que huela a feminismo. José Ramón Bauzá nos trae al parlamento una ley esperpéntica de apoyo a las mujeres embarazadas, pactada con un instituto relacionado con el OPUS DEI, el mismo que redactó el nuevo protocolo de interrupción voluntario del embarazo. Grupos contrarios a la libertad de las mujeres a quienes han regado con nuevos conciertos educativos y con quienes convenían programas como “Más Vida”, que forman parte de la ultracatólica “red madre” y que tiene la única finalidad de limitar la autonomía de las mujeres . En el fondo subyace la idea de que las mujeres tenemos que estar sexualmente sometidas, que nuestro cuerpo es malo, es pecado. Y que sólo la maternidad, nos hace, “mujer, mujer.”

Es la hipocresía de una derecha más preocupada por la vida intrauterina que por las condiciones de vida digna de las mujeres y sus hijos. Las que sufren las consecuencias de la reforma laboral, los recortes en conciliación, en guarderías públicas, los recortes en sanidad, en educación de sus hijos, la retirada de prestaciones sociales.

Volveremos a esa España monocolor con dos tipos de mujeres: las de primera, que podrán pagarse como antaño un viaje y sus gastos para interrumpir un embarazo de manera legal y con todas las garantías para su salud y las mujeres de segunda, quienes tendrán que recurrir a la clandestinidad, como delincuentes, poniendo en peligro su propia vida.

¿Es esto lo que quiere el Gobierno del Partido Popular? ¿Qué mueran mujeres en España por un aborto inseguro?

Si el Gobierno va a ir de la mano de los obispos para limitar nuestros derechos, el PSOE lo tenemos claro: recurriremos al Tribunal Constitucional y exigiremos una denuncia de los acuerdos con la Santa Sede. España es un estado aconfesional y no podemos tolerar que un gobierno se pliegue a la voluntad de la jerarquía católica.

Las leyes no se modifican al dictado de ninguna moral religiosa. La Iglesia presionando y el Gobierno del PP cediendo vulneran este principio Constitucional.

1 comentario:

Anónimo dijo...

srta. cano como se nota que vd. no es catolica y a demas no tiene valores como muchas mujeres vd.cuando hace el amor save que puede quedarse embarazada pues ponga los medios que hay muchos.y si se queda en estado y es madre soltera el estado tiene que hayudar a esta madre para que pueda tener y matener a su hijo.creo que los niños son lo mas hermoso que le pueda pasar a una mujer.