lunes, 31 de mayo de 2010

Incontinencia demagoga


La demagogia del Partido Popular no tiene límites, su desvergüenza, tampoco.

En los momentos más duros que está viviendo el país, su máxima preocupación es la de sacar “tajada política” y por el camino, desprestigiar las instituciones, la política, con la ilusión de que España se convierta en una especie de Italia de Berlusconi, donde investigaciones como la Gürtel, correrían un serio peligro al senado italiano aprobar una ley que limita la justicia y atenta contra la libertad de expresión de la prensa.


¿Alguien se acuerda de las pasadas elecciones europeas y de cómo quedó configurado el mapa político? Ah, claro, lo que ahora les interesa es cargar contra Zapatero y las políticas sociales impulsadas, como si la crisis fuera responsabilidad de un único país.

Europa es de derechas, y esta configuración sociopolítica en un nuevo escenario internacional ha dado una nueva vuelta de tuerca -con más coordinación por parte de los estados- y ha obligado a los países de la eurozona a reducir el déficit en más de 700 millones de euros.

La amenaza, dicen, los que “saben” los que manejan ese saber-poder que hace tomar a los estados decisiones inminentes, y poco participadas, era una manada de lobos especuladores que querían desvalorizar nuestra moneda, y hacer que nuestra deuda se encareciera.

Nuestro compromiso, como socialistas, como ha sido siempre, y debe seguir siendo, es el de garantizar la equidad y la solidaridad para con los colectivos más vulnerables, y en los seis años de gobierno de Zapatero, el gasto social español ha crecido en un 58%.

Pero el PP, ahora que se ha vuelto el “Partido del pueblo”, el partido social, aprovecha para meter ruido, visceralidad en tiempos complicados, a destapar la caja de los truenos con la esperanza de que si le va mal al país, a ellos les irá bien.

Lo que no cuentan es que la afectación real de las actuales medidas de ajuste sobre el gasto social será de un 1,5% y que no bajará ninguna pensión. Ellos jamás se acordaron de repartir, de la solidaridad, de los salarios mínimos, de la viviendas protegidas o de apoyar a los jóvenes en el acceso a una vivienda de alquiler, de apoyar la conciliación y la corresponsabilidad, de las prestaciones no contributivas del permiso de maternidad, de mejorar la situación de las familias numerosas y de equiparar a las familias monoparentales con 2 hijos a éstas. Tampoco se acordaron de los trabajadores autónomos ni del estatuto del trabajador autónomo que llevaban décadas reclamando.

Su filosofía es que cada cuál se apañe, y si a cada uno le va bien, les irá bien a todos. Y si alguno se queda por el camino, son los efectos colaterales previstos.


El Partido Popular, no concedió ni un derecho, ni invirtieron en gasto social, más bien todo lo contrario: redujeron en educación, en sanidad pública, en políticas de becas.

No, no lo hicieron, y ahora son los primeros en arrear fuerte. Aznar, en época de bonanza se negó a establecer un permiso de paternidad, fuimos los socialistas quienes lo impulsamos, y hoy hay 800.000 hombres que lo han cogido.

Ahora que se ha retirado el cheque bebé, lo reivindican. En su momento, lo votaron en contra.

En el último presupuesto que el PP ejecutó, ni las pensiones subían por encima del IPC, ni el salario interprofesional, ni había un solo euro a la dependencia, ni existían los derechos sociales que se han impulsado con el Gobierno de Zapatero.

Si bien es cierto que las medidas de reajuste han venido por la parte del déficit, la balanza se tiene que equilibrar con una reforma de la fiscalidad, por la vía de los ingresos, planteando una reforma justa y realmente distributiva que haga que los que más tienen sean solidarios con los que menos tienen.

Nunca fue de izquierdas bajar impuestos, ni desideologizarlos. Y ahora, nos pasa factura...

Confío en que se hará en su debido momento, de la misma manera que Xisco Antich lo está abordando en nuestra comunidad de manera valiente, pero parece ser que la derecha de esta comunidad, PP y UM, no va a dar su apoyo a la propuesta de que quien tenga más, haga un esfuerzo mayor a las arcas públicas para mantener la sostenibilidad de los servicios que garantizan la cohesión social.

El panorama europeo es poco alentador, todos los gobiernos están tomando medidas muy similares en cuanto a la reducción del déficit, como socialistas debemos demostrar que a pesar del poco margen de maniobra que tenemos en un contexto neoliberal, y donde la soberanía de los estados es cada vez menor, nuestras políticas deben salvaguardar el estado del bienestar, la protección social, las libertades, los derechos, desde la igualdad y la solidaridad, y abordando sin temor, que el Estado no será sostenible sin una política fiscal de izquierdas, porque sino, nos veremos abocados al triunfo capitalista del Estado mínimo.

Quienes hoy nos aconsejan adelgazar, unificar, racionalizar, han sido los grandes expoliadores de esta comunidad y quienes jamás han hecho avanzar las conquistas sociales.

Así, que menos demagogia y más oposición constructiva, pero eso, es mucho pedir.

viernes, 14 de mayo de 2010

CANTOS DE SIRENA

Hay días en los que es mejor elegir el silencio, y éste a su vez resuena como un grito ensordecedor.

Tras un breve instante en el que se vislumbraban posibilidades de alternativa de un nuevo orden mundial (que ingenuidad la mía) , el capitalismo, el neoliberalismo europeo vencedor de los pasados comicios, impone sus reglas del juego.

Lo importante, son los mercados, la banca, los especuladores, y el axioma de oro “el equilibrio presupuestario”. Los gobiernos, en su renuncia a la propia soberanía en lo que debía ser un proyecto económico y social común, aplican resignados las recomendaciones de los organismos gurús que nos llevaron a esta crisis y que ahora, en la obsesión por reducir el déficit, pagarán/pagaremos los de siempre.

Ayer leía una frase que dejo para la reflexión, “teníamos que cambiar el capitalismo, y al final, éste nos cambió a nosotros”.

¿Crónica de una muerte anunciada de la socialdemocracia de postín ?

Si el esfuerzo que se nos exige: a pesar de drástico, necesario , fuese realmente compartido, otro gallo cantaría.

Pero resuenan sirenas, y carcajadas, de aquellas mujeres pudientes que han recibido calderilla de 2500 € por hijo y que ahora que se retira también de manera universal supondrá una tragedia para las familias más humildes.

En este país, debemos empezar a hablar de ingresos, y dejarnos de tanto déficit. ¿dónde está la riqueza, no la miseria?

Localizarla, apuntar, y grabar, con impuestos, con una fiscalizad progresiva, sin miedo, grabar a las rentas del capital, a las rentas más altas que se han visto beneficiadas en los últimos años de bonanza económica y que ahora deben compensar por una cuestión de justicia redistributiva, a las que invierten en las SICAV, a las que eluden impuestos sistemáticamente.


No es que no sean necesarias algunas de las medidas, pero desde luego, para que el esfuerzo sea compartido, equitativo y justo, aquí cojea una pata. Los de siempre, salen indemnes.