lunes, 6 de agosto de 2012

Es alucinante lo rápido que pasa el tiempo...

Es alucinante lo rápido que pasa el tiempo. En una semana como ésta hace cuatro años decidí hacerme un blog donde compartir opiniones y reflexiones políticas. No fue algo casual. En la Universitat d'estiu d'estudis de gènere, una compañera, Virginia Ferreiro, experta en género y TIC, me animó a hacerlo y a contribuir a la producción y reflexión en clave femenina. Así lo hice y estoy contenta de ello, de tener una ventana personal y política para expresar lo que me apetece, desde la libertad de un espacio personal.

El año pasado se cumplieron 15 años de Universitat d'estiu y sus directoras, Esperança Bosch, Victoria Ferrer, Teresa Riera decidieron que debía repensarse el formato. Que se había cumplido una etapa y unos objetivos. Las animo a que el nuevo formato vea la luz, a pesar de las dificultades y falta de apoyos institucionales, porque ese espacio de reflexión académica de género era muy estimulante y muy necesario para comprender mejor el mundo en el que vivimos.

Pasa el tiempo rápido y en estos años me han sucedido muchas cosas. Desde que acabó mi ciclo en la Oficina per la Igualtat de la UIB y la Cátedra de Estudios sobre violencia de género, o en la lista de interinos, que cada año me va llamando para ejercer de profesora de filosofía en secundaria y bachillerato, de la que estoy en excedencia por cargo público -Con 675 profesores menos, dudo que este año pase lo mismo... El PP hipoteca el futuro de los chavales con una peor calidad en la educación pública y deja a centenares de profesores en la calle-.

En estos años he ido en las listas del PSOE al Consell de Mallorca, como número 11 la pasada legislatura y ésta como número 5. El primer mandato dando apoyo al equipo de gobierno, adjunta a la Dirección Insular de Igualdad -que en paz descanse- y en ésta como oposición. Desde el mes de marzo l@s delegad@s del Congreso me eligieron Secretaria General al frente del partido en Mallorca, todo un reto para una mujer joven de 31 años. Un reto que afronto desde el compromiso con mi partido y los valores que nos caracterizan, desde el respeto y admiración a las compañeras y compañeros de las Agrupaciones Locales y grupos municipales que se dejan la piel cada día y desde la conciencia del momento histórico en que vivimos y la enorme responsabilidad que tenemos para dignificar de nuevo la política, de prestigiarla para que vuelva a ser un instrumento de transformación social que controle a los poderosos, a los mercados en aras del interés general, de la ciudadanía. Que vuelva a ser útil a la gente, a sus intereses. Y éso, sólo lo podemos hacer la izquierda.

Ha pasado un año desde que el PP ganó las elecciones. Unas elecciones ganadas con mentiras, aprovechándose del sufrimiento y desesperación de la gente, del drama del paro, de la crisis que ahora es internacional, y cuando gobernaba Zapatero, según dicen en el PP, autóctona. Un año de retrocesos sociales, políticos, democráticos, económicos damos a pasos de gigante por las políticas neoliberales y sectarias del PP. Neoliberales en lo económico, sectarias, por el cierre de RTVM y el asalto en TVE y ultra-conservadoras en lo moral. Y como siempre, las mujeres/trabajadoras somos las más perjudicadas por todas estas medidas de desmontaje del Estado del Bienestar.

El PP tiene una extraña concepción de “ayudar” a las familias. Lo que ocultó en su programa electoral fue que se alinearía con los fundamentalistas, los moralistas, los obispos para restringir las libertades de las mujeres y de las familias. Su apoyo a las familias es como la contribución del canibalismo a la gastronomía. Un apoyo pancartero y demagógico.

En un momento en el que éstas lo están pasando canutas, el PP elimina las ayudas de los 420 € a los parados, deja en la estacada a los menores de 55 años que tienen serias dificultades para encontrar empleo, baja a partir del sexto mes de paro la cuantía de la prestación (porque para el PP todos son unos putos vagos), elimina programas de orientación laboral, presupuesto de políticas activas de empleo del SOIB, y en un ataque sin precedentes a la escuela pública, sube un 50% las tasas universitarias, restringe becas aumentando requisitos ( porque los estudiantes, son también unos vagos, como sus padres y madres paradas).

Suben de manera indiscriminada el IVA, cuando afirmaron a diestro y siniestro que no lo harían. Hasta el IVA de “los chuches” han subido. Han subido el IRPF, el IBI, las tasas. Grandes ejemplos del apoyo de Rajoy y del PP a las familias trabajadoras. Todas recordamos a María Dolores de Cospedal, con palestina en el cuello afirmando: “ ¡el PP es el partido de los trabajadores!”.

¿De qué trabajadores hablaba la Sra. Cospedal? De aquellos trabajadores de negocios oscuros que han visto como sus ganancias de dudoso honor, en lugar de tributar al 17 o 20% como cualquier hijo de vecino tributan al 10% gracias a su amnistía fiscal. Ganancias que probablemente procedan del proxenetismo, de la explotación sexual de mujeres y niñas, de la venta de drogas, de la especulación y que para evitar que se vayan a paraísos fiscales y el dinero se quede en casa, se les apaña una rebaja impositiva.

En Baleares, el President Bauzá también hace regalos a las familias más pudientes. A aquellas que pueden pagar cada mes 700 € por llevar a su hijo a la escuela, y que además, quieren estudiar conforme a los viejos valores de la Sección Femenina y el Espíritu Nacional. Por ello, cuando hace el mayor recorte a escuela pública, con 675 profesores y profesoras menos para el curso académico que viene, concierta una nueva línea infantil con un colegio del Opus, y ya puede inflarse a rezar el conseller Bosch para tranquilizar su conciencia cristiana. El hachazo a la educación pública es monumental e indigno de un político que decía que el futuro de un país pasa por la educación.

El PP también ayuda a las familias que optan por un seguro médico privado. Para favorecer a la sanidad pública, sostienen. Cierran dos hospitales públicos porque no quieren rascarle el bolsillo a las grandes fortunas -y el que hay lo vamos a destinar a otras CCAA por la incompetencia de nuestro president-. Unas bonificaciones fiscales que beneficiarán a sus coleguillas de la privada. Desguazar el Estado Social tiene suculentos beneficios para algunos.

¿Pero todavía hay alguien que pueda sostener que el PP el que más apoya a las familias? Perdón por la imprecisión, ¿a las familias trabajadoras, las de clase media y baja?

Si todavía hay alguien que lo piensa, es porque no les ha afectado el recorte a la ley de la dependencia, o de la renta mínima de inserción. Han reducido a la mitad los Presupuestos generales del Estado en dependencia. La ley está a punto de considerarse papel mojado.

El plan de construcción de escoletas de 0 a 3 años se ha paralizado. Supone un duro golpe a la conciliación de las familias, sobre todo de las mujeres.

Y el summun de las barbaridades, de la plasmación del retroceso que estamos viviendo en nuestras conquistas sociales y libertades, es la reforma de la ley de la interrupción voluntaria del embarazo, que quiere hacernos retroceder a las mujeres a la minoría de edad y tutelaje. Una reforma que nos niega el derecho a decidir sobre nuestra maternidad, nuestra salud sexual y reproductiva y que de eliminarse el supuesto de la malformación fetal, para contentar a los grupos que no conciben la libertad e independencia de las mujeres, nuestros derechos, y que pretende condenar a las familias y al sufrimiento y a una vida indigna. Estos que hablan tanto del derecho a la vida, deberían recordar que la vida, para ser vida, ha de ser digna, libre e igualitaria. Y que cualquier persona, familia debe poder decidir sobre las condiciones de su descendencia. Tanto si desean continuar, como si no.


Hay mitos en el imaginario colectivo, que a pesar de tropezar una y otra vez con las evidencias, permanecen. Uno, es el de que la derecha es una buena gestora de la economía. El segundo, es el del apoyo a la familia.

Es incuestionable que el PP es una amenaza nacional: para la economía, para las familias trabajadoras, para las que están en paro, para nuestros derechos sociales y laborales, nuestras conquistas democráticas. Con la excusa de la crisis quieren socavar los fundamentos de la solidaridad, de la igualdad, de la libertad. Se están esforzando mucho, pero desde luego, no les dejaremos.