lunes, 11 de noviembre de 2013

UN REENCUENTRO CON NUESTROS VALORES



Este fin de semana ha sido emocionante. Después de meses trabajando hemos celebrado y debatido un nuevo proyecto en el marco de una Conferencia Política. Hemos re-definido proyecto y nos hemos reencontrado con los valores socialistas, dibujado un rumbo, un contrato social renovado con la ciudadanía para la próxima década. 

Hemos debatido para construir una alternativa política, ética, económica y social progresista a los retos y problemas que tenemos en nuestro país: la pobreza, la exclusión, la precariedad laboral, la desigualdad creciente, el deterioro y privatización de los servicios públicos, el desmontaje neoliberal del estado de bienestar, el ataque a la educación pública, la sanidad, las pensiones, los servicios sociales, la dependencia, los derechos de las mujeres. Cómo abordar retos como la lucha contra el cambio climático y una nueva arquitectura política e institucional para hacer frente a las grandes crisis que nos asolan y que alimentan la desafección y el nihilismo.


Ha habido mucha autocrítica, imprescindible para salir con las cosas claras. Hemos cargado pilas, tenemos un gran proyecto colectivo para España. Más verde, más rojo y más violeta. Es decir, más ecologista, más socialista y más feminista. 

Nuestra responsabilidad es emprender una segunda transición democratizadora. Más política frente a los mercados, mayor gobernanza y más Europa. Otra Europa, más social y no papel mojado donde sólo gana el capital. Existen alternativas al callejón sin salida al que nos conduce el modelo económico y social neoliberal. Y éstas pasan por el estímulo, el crecimiento y una fiscalidad verdaderamente progresista, que era nuestra asignatura pendiente.

Necesitamos de más política para combinar crecimiento y re-distribución. Desarrollo y cooperación para asumir la igualdad y el bienestar social. Apuntar a la economía verde baja en carbono, apostar por la innovación que vive sus horas más bajas, por las TIC apoyando la internacionalización de nuestras empresas. Apoyar el tercer sector, la economía social, las cooperativas, la responsabilidad social de las empresas. Modernizar nuestro tejido empresarial, su volumen, nuestra industria turística, con zonas muy maduras poco competitivas -esto en Mallorca lo sabemos muy bien-. Una economía del conocimiento que invierta más dinero en educación y ciencia para evitar la fuga de cerebros, el éxodo de tantos jóvenes y profesionales que se han formado en nuestras universidades y se ven obligados a buscarse la vida y probar suerte en otro país por falta de oportunidades aquí. Pasar del esquema del Producto Interior Bruto (PIB) al Conocimiento Interior Bruto (CIC) y eso implica un esfuerzo ingente por la educación pública y de calidad, por dar más oportunidades a nuestros investigadores. Nos fijamos como objetivo dedicar a educación lo que la media europea, más del 5% del PIB.

Hemos dado un giro copernicano en cuestiones fiscales, proponiendo una reforma fiscal justa y progresiva que no grabe más a las clases medias y populares sino la riqueza y el patrimonio, a las rentas del capital, que persiga con más medios el fraude fiscal como hacen países de nuestro entorno. Se recaudarían 50.000 millones de euros más lo que nos permitirá mantener servicios públicos esenciales y financiar el Estado del Bienestar: garantizar las becas como derecho, evitar co-pagos sanitarios, promover políticas activas de ocupación, los servicios sociales para evitar la pobreza estructural, financiar la dependencia, ejecutar planes contra la pobreza, etc.

El Partido Popular ha roto el equilibrio entre trabajadores y patronal y nos lleva por derroteros de miseria y exclusión social. Más precariedad redunda en pensiones no contributivas. Una espiral descendente. Hay que volver a recuperar la fuerza de la negociación colectiva empoderando a la clase trabajadora. Recuperar el equilibrio roto, aumentar el salario mínimo como ya hicimos una vez y poner techos y coto a los abusos de altos directivos de bancos rescatados con dinero público y a los abusos salariales, de manera que ningún directivo pueda cobrar en un mes lo que un trabajador en un año. Emprendiendo reformas profundas para garantizar la igualdad y calidad del trabajo.

Se trata en definitiva de reformas para vivir con dignidad, con calidad de vida, con una cobertura vital básica. Una alternativa a las políticas austericidas de la derecha.

Necesitamos recuperar la confianza en la política y en quienes nos dedicamos a ella con vocación de servicio público. La regeneración democrática pasa necesariamente por más democracia y transparencia. Mayor participación ciudadana y una lucha contra la lacra moral y económica que es la corrupción, por ello tipificaremos en el código penal la financiación ilegal de partidos, prohibiendo las donaciones de empresas que contraten con la administración, agilizando los procesos judiciales para acabar con prescripciones de delitos y la sensación de impunidad que se nos queda. Ahondar en la calidad democrática garantizando el derecho a la información, rendición de cuentas, mayor control en los procedimientos públicos, etc.

Hemos por primera vez asumido un compromiso explícito con el Federalismo. Mayor coordinación y cooperación entre el Estado y Comunidades para garantizar la cohesión social, solidaridad e igualdad. Al Partido Socialista nos interesan las personas y no tanto las banderas e identidades. Por ello queremos blindar la protección social, el derecho a la sanidad para todas las personas, vengan de donde vengan, porque es ruin lo que ha hecho el PP quitando la tarjeta sanitaria a las personas más vulnerables. Reformaremos la ley electoral, de partidos, para ganar en democracia, en cercanía entre el electorado y representantes políticos con listas abiertas donde señalar preferencias.

Más democracia es más laicidad para que ninguna confesión pueda interferir en cuestiones públicas. Para que los obispos no decidan sobre el cuerpo de las mujeres. Por ello, denunciaremos algo tan extemporáneo como el Concordato con la Santa Sede, apostamos por la autofinanciación de las confesiones, defendemos la escuela pública, laica y coeducativa, donde no tiene cabida la religión como enseñanza curricular ni en horario escolar.

He vivido un fin de semana intenso, emotivo, donde he visto compañeros y compañeras de todos los rincones ilusionados y comprometidos con una sociedad más justa. Le hemos echado muchas horas, he tenido el honor de vicepresidenta de la Mesa de la comisión de bienestar social y estuvimos siete horas. Vuelvo con la sensación de haber vivido algo importante en la historia del Partido Socialista, algo histórico.

Como republicana convencida me voy con la espinita de que nuestra estructura no está todavía preparada para abordar este tema. Demasiados apegos. No obstante el republicanismo es imparable dentro del partido. No se puede tapar el sol bajo un campana. Así que es cuestión de tiempo que en unas conclusiones podamos avanzar hacia el referéndum de forma de estado, tal y como ha ocurrido con el laicismo.

En definitiva, vuelvo muy satisfecha del giro a la izquierda que hemos dado, de volver a conectar con los nuevos tiempos. Ofrecemos un nuevo contrato de ciudadanía progresista, modernizador, abierto, inclusivo, de vocación mayoritaria. 

Un reencuentro con nuestros valores socialistas. Vuelve el PSOE.