lunes, 8 de septiembre de 2014

La mala educación

Este mes de septiembre reanudamos la actividad institucional. A tan sólo 9 meses de elecciones el curso político comienza cargado de temas de máxima relevancia.

Por un lado, la amenaza de la reforma electoral. Un cambio en las reglas del juego electoral a estas alturas del mambo y sin consenso. La causa: la derecha está atemorizada -por no utilizar otro término- de perder sus mayorías. Méritos no les faltan, han traicionado todas y cada una de sus promesas electorales laminando de manera sin precedentes derechos y el estado del bienestar. A pesar de vender a bombo y platillo recuperación económica, la realidad es que en España y en Europa estamos en peligro deflacionario, por la caída de la demanda agregada, la devaluación de los salarios y por el espejismo de las políticas de austeridad, que no hacen sino agravar la situación.

A días de comenzar el cole, el conflicto educativo sigue encendido. Al Govern Bauzá no le gusta pública, ni su profesorado, ni el catalán. Empecinados en promover las concertadas y privadas pretenden devaluar un sistema público que otorga los mejores resultados académicos, que es inclusivo y que genera igualdad de oportunidades, vital para romper el determinismo social. Es paradójico que sean ellos quienes hablen de meritocracia, ya que ésta es muy fácil si tu padre tiene un gran bufete de abogados. Quienes dependen de las ayudas escolares, de las becas y de una buena calidad en la enseñanza para formarse integralmente como persona y competir en el futuro necesitan de una buena educación pública.

El PP ha recortado el gasto en educación (de un 5% del PIB en la última etapa socialista acabaremos legislatura en un 3,9%, a la cola de la OCDE y la UE-35). Recortes en becas, profesorado, las ratios más altas por clase, eliminación de apoyo escolar, programas de refuerzo educativo, subida del IVA del material escolar, hablar de excelencia es un ejercicio de cinismo.

Los socialistas además de derogar el TIL en Baleares apostamos por el consenso aplicando reformas bien fundamentadas acordadas con la comunidad educativa. A nivel estatal planteamos un Pacto por la Estabilidad que persigue elevar la inversión educativa en ocho años al 7% del PIB, modernizar las infraestructuras educativas, volver al sistema de becas que den oportunidades a todo el mundo y combatir el abandono escolar universalizando la educación post obligatoria hasta los 18 años.

Estamos comprometidos con los licenciados desempleados que necesitan continuar su formación y encontrar un trabajo, garantizar el acceso a los comedores escolares y las becas -no puede ser que las ayudas se paguen con más de un año de retraso, porque impide a las familias poder adelantar el dinero- así como en impulsar la Formación Profesional. Proponemos la creación de al menos 200.000 nuevas plazas, que el PP ha ahogado.

Necesitamos un Plan de Personal Docente e Investigador, para evitar la fuga de cerebros que ha generado el desmantelamiento del sistema de investigación y ciencia.

La educación es una poderosa arma de construcción masiva. Transformadora de la realidad. Una sociedad más culta y formada es sin lugar a dudas uno de los mayores retos que tenemos por delante. Los socialistas trabajaremos para materializar un gran pacto educativo, que ya con el filósofo y ministro Ángel Gabilondo estuvo a las puertas. Por el bien del conjunto, hemos de trabajar en esa dirección.