miércoles, 27 de julio de 2011

El mito de Sísifo

Verano es una buena época releer pasadas o ponerse manos a la obra con lecturas pendientes. El mito de Sísifo es un repaso al pensamiento calificado por Albert Camus como absurdo. Filósofos tan dispares como Nietzsche, Heidegger, Husserl o Kierkegaard que tienen un denominador común, un posicionamiento fenomenológico similar en torno a la existencia, a la filosofía.

Según la mitología griega , Sísifo fue condenado a empujar una piedra montaña arriba pero antes de alcanzar la cima, la piedra le rodaba hacia abajo y tenía que comenzar de nuevo. Así eternamente. Su crimen: encadenar a la muerte (tanatos) y engañar a Hades (el inframundo).

Camus a través de esta metáfora nos expone el pensamiento absurdo, resumido es que a pesar de que la vida no tiene sentido merece la pena ser vivida. Nos dibuja un Sísifo vitalista, que en su difícil empresa, le pone todo su empeño, su pasión. La existencia absurda afirma ese destino trágico, el recorrido, una existencia solitaria y sin dioses. Circunstancial. Un razonamiento vitalista, clarividente, lúcido, cínico. Para otros desgarrador y pesado, como una losa.

Hay pensamientos que empoderan y otros que matan. Que provienen del odio más extremo, que es la negación de la vida. Son los fundamentalismos, los integrismos, vengan de donde vengan, sean católicos, islamistas o políticos. El ejemplo de Noruega este fin de semana nos muestra hasta dónde es capaz de llegar la intolerancia, el espíritu fascista, antidemocrático. El tipo, el asesino, además de racista, islamófobo, misógino y fascista urdió un plan para masacrar a miembros del partido laborista, jóvenes que se reunían en una isla para reafirmarse en la democracia y plantear alternativas políticas para su país. Pasó del pensamiento a la acción. Pero la segunda no hubiera sido posible sin ese caldo de cultivo, su ideología, su pensamiento.

Que el tipo saltara al abismo planificando al milímetro su crimen no es menos importante que el auge de determinadas ideas extremas filofascistas por toda Europa. Vemos cómo partidos políticos de extrema derecha, con mensajes de odio hacia el extranjero, hacia los inmigrantes, hacia el diferente, están consiguiendo representación parlamentaria. Suecia, Dinamarca, Finlandia e incluso Noruega, pero también en las elecciones europeas de 2009 la extrema derecha consiguió aumentar posiciones en el parlamento europeo.

En nuestro país determinados mensajes populistas que rozan el discurso del odio se generan y difunden por muchos medios sin códigos éticos del TDT party español. Los mismos razonamientos del asesino de Oslo sobre las mujeres o sobre Carme Chacón como ministra embarazada de defensa los hemos escuchado a diestro y siniestro por parte de la caverna mediática. La apología del racismo, misoginia y xenofobia se confunde con libertad de expresión. Hay sentencias recientes en nuestro país que afirman que es constitucional ser anti-democrático siempre y cuando la ideología no pase a la acción. Sin lugar a dudas es un debate de gran envergadura, no sólo jurídico sino ético-político, porque la convivencia, la paz social depende de muchos factores.

Como amante de la vida, de la vida digna, de la dignidad del ser humano, de la democracia, no puedo sino dedicar un último párrafo a quienes están sufriendo una catástrofe diaria afectados por una gran hambruna y un mundo injusto: miles de somalíes desplazados esperando la ayuda internacional. A esos casi 800.000 niños y niñas que morirán de hambre si no les llega la ayuda a tiempo.

Mientras en esta parte del mundo estamos preocupados por las primas de riesgo y conmovidos por la tragedia que ha causado un fundamentalista de extrema derecha. en el cuerno de África la piedra ha vuelto a caer de la montaña. Sísifo llora.

lunes, 11 de julio de 2011

PERCEPCIONES VERANIEGAS


El primer pleno del Consell de Mallorca me ha dejado una cosa clara, la mayoría absoluta del PP con su presidenta María Salom será con un rodillo que nos aplastará cada vez que sus consellers y conselleres levanten la mano. A pesar de este hecho que es en sí mismo tautológico, hay algo que me preocupa y que es el sentido de esta entrada: la votación parece que va a sustituir el debate y desde luego vamos a echar de menos el talante que tenía Francina Armengol, quien jamás en los 4 años puso limitaciones de tiempo a ninguno de los consejeros y consejeras.

Nadie del nuevo equipo de gobierno, ni el portavoz del PP ha intervenido para aclarar las peticiones que les hemos hecho desde el Grupo socialista alegando que tienen mayoría absoluta. Una mayoría absoluta da mucho que callar. Ni tan sólo ha mostrado un ápice de capacidad de diálogo cuando los diferentes grupos de la oposición o la que ha sido hasta hoy mismo la directora de RTVM han intervenido para solicitar un replanteamiento del cierre del ente público y poniéndose a su disposición para buscar alternativas realistas que eviten que un centenar de personas se queden en la calle.

Cerrar RTVM es un acto de revanchismo político, de dejar bien claro con un gesto populista y contundente, quién manda. Un gesto de Atila que forma parte del manual neocon de cómo cepillarse la moral del adversario. Poco les importa las contradicciones de abogar por una lado por generar empleo y diversificar la economía cuando por otro lado están en proceso de liquidación de un ente público solvente y sin déficit y que es sustento para una actividad económicamente sostenible y con grandes potencialidades culturales y turísticas para una isla como Mallorca.

Gestos, símbolos, golpes de efecto, saben que eso es importante. Lo hicieron cuando recuperaron el crucifijo el día de constitución del nuevo Consell, lo han hecho no correspondiendo a la cortesía de permitir a la oposición tener un representante más en la comisión de urbanismo y patrimonio -como sí les permitimos la pasada legislatura porque creemos en la transparencia y valoramos el papel que tiene y ha de tener la oposición en democracia-, haciendo desaparecer del mapa cualquier atisbo de feminismo en las instituciones, suprimiendo la DI de Igualdad y poniendo otra de Caza, o la crónica de una muerte anunciada de RTVM.

Mi grupo ha votado en contra del nombramiento del nuevo director de RTVM, Manuel Carillo, alias “el enterrador”. Un tipo que se presentó como miembro de una candidatura de otro partido político, UpyD y que ahora les va a hacer el trabajo sucio de cerrar una radio y televisión públicas. Me alegra que por fin UpyD evidencie que está a la derecha, que a algun@ lo tiene despistado.

Me he conmocionado al ver a tantos trabajadores y trabajadoras en el pleno, representantes del sector audiovisual que ha crecido de manera exponencial los últimos años. Una cosa nos ha dejado clara la derecha en su gestión de los medios de comunicación: no quiere medios imparciales, plurales y profesionales, por eso han nombrado a un director de un perfil tan variopinto que poco tiene que ver con el mundo del periodismo.

El fin de la historia huele a que se ventilarán RTVM y privatizarán IB3. Esperarar que mantengan una programación cultural, pedagógica, con vocación de servicio público o unos informativos imparciales, va a ser pedir demasiado.

Igual en esta etapa kitsch del Consell de Mallorca contratarán a Salvador Sostres para que conduzca un programa de caza, hablando de tordos y de lionesas.

En fin, son sólo percepciones veraniegas de una nueva etapa política y personal.

viernes, 8 de julio de 2011

Con la ayuda de dios

Este mes de junio hemos asistido a las constituciones de los nuevos gobiernos de las diferentes instituciones municipales, la autonómica y la insular, instituciones monocolores después del triunfo electoral mayoritario del Partido Popular.

Al hilo del Informe de 2011 sobre la laicidad de Ferrer i Guàrdia, publicado por Quaderns Gadeso nº 178 quisiera resaltar cómo en el caso del Consell de Mallorca y el Ajuntament de Palma el PP ha instrumentalizado políticamente un símbolo religioso como es el crucifijo, vulnerando un principio constitucional (el 16.3) y de libertades públicas como es el de aconfesionalidad “Ninguna religión tendrá carácter estatal”.

¿Por qué recuperar un símbolo de una confesión concreta en una ceremonia con sus propios rituales civiles, con su propio ‘ethos’ público? ¿Por qué se invitan a las máximas autoridades de la Iglesia Católica y se ignoran a otras comunidades y sensibilidades que también representan la libertad ideológica de consciencia religiosa en nuestra comunidad?

La derecha quiere capitalizar y reclamar para sí el sentimiento religioso, aun a costa de dividir y de ningunear las instituciones democráticas que tienen y deben tener su propia lógica. Resulta tentador incluso para algunos representantes de las formaciones de izquierda no sucumbir a la presión populista de asistir a actos de carácter religioso so pena de que sus posibles votantes católicos les penalicen. Cuando la tradición se impone a la racionalidad democrática y no se puede cuestionar es que algo serio está pasando: o el cinismo se ha apoderado definitivamente de nuestros representantes públicos - el cinismo de esperar que algo cambie sin que nosotros y nosotras mismas nos constituyamos en agentes del cambio- o que el complejo de la democracia es tal ante las cosmovisiones religiosas que por no herir ninguna sensibilidad, por no ofender a los fieles, se antepone la categoría de creyente a la de ciudadanía. Desde mi punto de vista eso es inadmisible, no porque a un ciudadano no le ampare su derecho a la libertad de consciencia o religiosa, sino porque la democracia ha de ser laica, mayor de edad y no ir acompañada de amuletos y accesorios que son propios de otras esferas que ni son democráticas, ni igualitarias, ni necesariamente garantes de la libertad individual. Cuando la religión entra en las instituciones se pueden dar situaciones que comprometan el propio sentido de tal organismo.

Hace unos meses, en un acto conmemorativo a las víctimas del holocausto nazi que organizó el Parlamento, se vivió un episodio de sexismo religioso que pasó desapercibido en todos los medios. A la máxima autoridad de la sala en aquellos momentos, Aina Rado, un representante de una comunidad religiosa le negó la mano para no contaminarse de la impureza que representaba la presidenta por ser mujer.

Es necesaria una reforma de la ley de libertad religiosa para que se convierta en una verdadera ley de libertad de conciencia, que dibuje perfectamente los espacios propios de la democracia y que desde el máximo respeto a todas las confesiones, las ponga donde les corresponde estar, sin injerencias ni obstrucciones en el espacio público político, en las instituciones. Reivindicar la neutralidad axiológica del Estado es profundizar en la idea del laicismo, de la democracia, en los mecanismos de autofinanciación de las instituciones religiosas, que tal como denuncia Europa Laica, la Católica recibe al año 10.000 millones de € de las arcas públicas, utilizando un instrumento de la redistribución de la riqueza, como es el IRPF, para financiar a la Iglesia perpetuando prebendas del franquismo, muy difícilmente justificables hoy en día.

Instrumentalizar el crucifijo no es un hecho baladí. En boca de Mateu Isern, alcalde de Palma, hemos escuchado algo tan surrealista como que se respetan todos los símbolos menos los católicos. Eso sí, para bien garantizarlos ha eliminado el área de igualdad y de derechos cívicos y en su lugar ha configurado un área que es algo así como una especie de ‘La Sección Femenina’ post-moderna. Mientras tanto, De Cospedal se planta mantilla y peineta en la cabeza, Rajoy mantiene el recurso de anti-constitucionalidad a la ley de matrimonios homosexuales y anuncia que si gana, derogará la actual ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo.

La ofensiva conservadora ha comenzado. Ellos tienen las recetas económicas, ecuménicas y morales para la ciudadanía, por eso, se encomiendan al cargo “con ayuda de Dios”.

Supongo que cuando algunos delitos prescriben, una empieza a creer en la justicia divina.


Artículo publicado en l'espai d'opinions de Quaderns Gadeso.