
Hoy es un día importante en la historia de mi biografía, uno de tantos, pero intento llenar de significado y sentido (al menos lo intento) las cosas que hago y los pasos que voy dando.
Hoy día 24 de diciembre de 2008 he apostatado, lo que supone hacer una renuncia a la fe católica. Lo hago por 2 motivos, uno ideológico y moral, puesto que soy atea, y el otro podríamos decir, socio-político. No quiero contribuir a la financiación de una institución reaccionaria que condena la homosexualidad, el feminismo y muchos de los avances sociales de los últimos tiempos.
Las consecuencias de tal renuncia implican:
- la anotación marginal en el libro de bautismos, así como la exclusión de los registros estadísticos o posibles ficheros de la Iglesia Católica.
- pierdo el derecho a que puedan celebrarse exequias y funeral con ocasión de mi muerte, a no ser que me arrepienta y me reconcilie con la Iglesia.
- No podré recibir ningún sacramento ni participar en ninguna ceremonia religiosa
- no puedo ser madrina de bautismo ni confirmación (ya sabes Carlos...)
- No puedo participar en ninguna asociación católica
- No puedo contraer matrimonipo con una persona católica sin una licencia especial del Obispado, que valorará la situación.
Por último, esto muy bueno, se me informa que la Iglesia siempre está dispuesta a reconciliarme conmigo misma si lo decido en algún momento.
supongo que, tal y como dijo Buñuel, soy atea, gracias a Dios.
Hoy día 24 de diciembre de 2008 he apostatado, lo que supone hacer una renuncia a la fe católica. Lo hago por 2 motivos, uno ideológico y moral, puesto que soy atea, y el otro podríamos decir, socio-político. No quiero contribuir a la financiación de una institución reaccionaria que condena la homosexualidad, el feminismo y muchos de los avances sociales de los últimos tiempos.
Las consecuencias de tal renuncia implican:
- la anotación marginal en el libro de bautismos, así como la exclusión de los registros estadísticos o posibles ficheros de la Iglesia Católica.
- pierdo el derecho a que puedan celebrarse exequias y funeral con ocasión de mi muerte, a no ser que me arrepienta y me reconcilie con la Iglesia.
- No podré recibir ningún sacramento ni participar en ninguna ceremonia religiosa
- no puedo ser madrina de bautismo ni confirmación (ya sabes Carlos...)
- No puedo participar en ninguna asociación católica
- No puedo contraer matrimonipo con una persona católica sin una licencia especial del Obispado, que valorará la situación.
Por último, esto muy bueno, se me informa que la Iglesia siempre está dispuesta a reconciliarme conmigo misma si lo decido en algún momento.
supongo que, tal y como dijo Buñuel, soy atea, gracias a Dios.