Durante los últimos meses hemos desayunado, merendado y cenado con el
proceso independentista. Particularmente, siempre he desconfiado de los
nacionalismos –periféricos o centralistas- y se me ha llegado ha hacer muy
cansino tanto el inmovilismo del Gobierno de Mariano Rajoy como las
ensoñaciones de quienes pretenden anteponer su voluntad -que no la de todo el
pueblo catalán- por encima del Estado de Derecho y de la Constitución, de la
que también participan y participaron.
El proceso secesionista o de desconexión unilateral es una ficción que está
abocada al fracaso. Ser reconocido, significa ser reconocido por los demás. Por
tanto, para que un estado sea reconocido, necesita del reconocimiento de los
otros, dotarse de legitimidad internacional.
Difícilmente será posible a través de los cauces y procedimientos
utilizados.
Recordemos que el independentismo quería medir sus fuerzas convirtiendo las
pasadas elecciones autonómicas en plebiscitarias - una auténtica tomadura de
pelo- y cuando se les cambiaron las tornas, arbitrariamente, olvidaron la regla
de la mayoría para abrazar los principios del parlamentarismo representativo,
sacando pecho de su mayoría en escaños pero no de votos.
En esta huida hacia adelante para tapar las miserias del 3%, la corrupción sistematizada de CIU y los
recortes, vemos extraños compañeros de viaje que tapándose la nariz y
poniéndose una venda en los ojos, han avalado la disminución del estado del
bienestar en aras del trampantojo de la conquista de la república catalana
enarbolada por la dialéctica y sofística del presidente en funciones. El nuevo
escenario post-electoral, donde Mas se lo juega al “todo o nada” parece abocado
a unas nuevas elecciones. El mito
fundacional de una nueva sociedad catalana se fundamenta para estos grupos en
el tacticismo, donde el fin justifica los medios.
Almudena Grandes tocaba la tecla adecuada esta semana cuando formulaba la
pregunta ¿A quién beneficia todo este proceso, todo este ruido, toda esta
fragmentación? Desde luego, que a los trabajadores y a la ciudadanía no. Interesa
a Mariano Rajoy y a Artur Mas, que se retroalimentan de esta narrativa en la
que llevamos meses inmersos y que atrapa nuestro día a día olvidando otras
cuestiones como la de la corrupción de la derecha, la financiación en B durante
décadas del PP y de CIU, la reforma laboral, la precariedad, los recortes que
ha sufrido la sanidad por parte del Gobierno y la Generalitat, los desahuciados
de sus casas y sus vidas o el machismo criminal, que ha provocado que en las
últimas 72 horas hayan sido asesinadas 5 mujeres.
Éste es el verdadero proceso de desconexión que existe en nuestro país: el
de Mas, Rajoy & CIA respecto de los
problemas de la ciudadanía. Quererse situar por encima de las leyes de las que
nos hemos dotado me parece tan kamikaze y anti-democrático como el hecho de que
quienes tienen la obligación legal, moral y política de ponerse al frente y
solucionar los problemas de la ciudadanía no lo hagan. Resulta más sencillo ponerse de perfil y
asumir, como decía Sartre que “el infierno, son los otros”.
Frente a las soflamas, consignas vacuas y planteamientos negacionistas de
nuestra Transición y conquistas democráticas, el Partido Socialista, con Pedro
Sánchez a la cabeza, planteamos una solución, una alternativa que nos permita
generar un marco de convivencia y estabilidad para las futuras décadas. El
Pacto del 78 tuvo esta virtualidad y creemos que es hora de actualizarlo.
Los socialistas de Baleares hemos trabajado duro para conseguir que en el
conjunto del PSOE se haya adoptado una postura de reforma federal de la
Constitución. Y la postura del PSOE es la postura de Baleares. Estamos a favor
de la cohesión territorial desde el diálogo y el consenso, a favor de una
reforma constitucional que nos permita garantizar el progreso, la paz social y
estabilidad política para combatir las desigualdades sociales a través de la
solidaridad territorial. Estamos a favor de extender y garantizar los derechos
fundamentales, especialmente los derechos sociales, los cuales queremos blindar, enmendando errores del
pasado. Queremos mejorar la calidad democrática y de nuestras instituciones.
En medio del vocerío y posturas radicalizadas, la propuesta de Pedro
Sánchez es una propuesta equilibrada que pone el énfasis en lo verdaderamente
importante: los derechos y las oportunidades de los ciudadanos y ciudadanas. Ni
las Ítacas, ni los Dorados, ni los cielos asaltados solucionarán los verdaderos
problemas de la gente: una buena educación para sus hijos, cobertura social, un
acceso a la sanidad sin co-pagos, la posibilidad de dejar a sus mayores
dependientes en un centro de día, poder trabajar sin ser explotado y en
condiciones dignas, poder calentar sus casas este invierno y llevar un plato de
comida a sus familias. Éstos son los verdaderos problemas de los cuales los
socialistas no nos sentimos desconectados.
Tengo confianza en que el próximo 20 de diciembre, los ciudadanos y
ciudadanas darán el apoyo mayoritario a Pedro Sánchez para poder emprender la
reconexión respecto a nuestras instituciones y nuestro estado del bienestar que
necesita el conjunto del estado español. Creo, que somos el único partido en
condiciones para hacerlo.
1 comentario:
hola
te importaría publicitar esta petición de ayuda a niños fisurados de baleares?
gracis
https://www.change.org/p/conseller%C3%ADa-de-sanidad-de-baleares-ibsalut-el-tratamiento-integral-en-la-seguridad-social-a-los-fisurados?recruiter=19221568&utm_source=share_petition&utm_medium=copylink
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