Justo
ayer desayunábamos con la noticia de que en
plena crisis el
número de millonarios en España ha crecido en un año en 89.000
personas. Se
ha duplicado respecto al año anterior, cuyo subida fue de un 13%.
Algo
tendrán que ver las grandes ayudas en deducciones fiscales que el
Gobierno de España ha otorgado -de manera ilegal según la Comisión
Europea- a
grandes empresas como Telefónica,
Sabadell, Iberdrola, Albertis, Banco Santander. Miles
de millones regalados
mientras se lamina el Estado del Bienestar, se recorta en sanidad,
educación, becas, dependencia, pensiones, etc.
Mientras
a algunos les va fabulosamente bien, casi el 30% de la población
española está en riesgo de pobreza, en situación de exclusión
social y de gran vulnerabilidad.
La
estrategia del PP ha sido depauperar
los bolsillos de las clases
medias y populares. El
gran hachazo a las condiciones socio-laborales de los trabajadores ha
venido de la mano la
reforma laboral. Trabajadores
y trabajadoras pobres que no llegan a fin de mes, que echan más
horas que un reloj y que tienen contratos de varias horas a la
semana. Esto si tienen trabajo. La gran cantidad de personas mayores
de cincuenta años que no encuentran apoyo de las administraciones
porque no se impulsan políticas activas de ocupación ni formación
adecuada para reciclar a los
trabajadores. Los jóvenes
no corren mejor suerte.
Hay que joderse cuando nos
muestran cómo ha crecido el índice de confianza empresarial. Yo
no hablaría de confianza, sino de certeza absoluta en que la
Patronal en este país ha consentido de la mano de la derecha,
asiatizar España, pagando a
3,5 € la
hora de trabajo,
machacándote a horas en negro, fines de semana, sin respetar
convenios, ni negociación colectiva, ni
derechos conquistados.
¡Esto sí que es confianza
de la buena, la confianza que da tener un chollo!
Eso
sí, ahora queremos atraer a turistas de lujo. Para que les sirvan
trabajadores esclavos en un entorno paisajístico intercambiable. Qué
importa si vienen a Mallorca, a Florida o a un resort del Caribe...
Paisajes globalizados, mercantilizados, vacíos y sin alma como la
aberración en Ses Fontanelles “Palma Springs” en el último
humedal de Palma. Generará
puestos de trabajo nos dicen, cuando lo que sabemos todos es que es
un pelotazo, que es innecesario y que como en el Molinar, lo que se
hace es una operación especulativa. ¡No han aprendido nada!
La
pobreza es una cuestión estructural y sistémica. Con la
globalización ha crecido entre países y dentro de los
países. Cada vez los ricos son más ricos y el resto es más pobre. El
capitalismo ha entrado en una dinámica caníbal de supervivencia a
costa del erario público, del estado del bienestar, de destrozar
nuestro territorio, el patrimonio público, de las transferencias de
renta de la ciudadanía a las élites corporativas y financieras. Ya
no es productivo ni genera renta y riqueza. Nos devora para
sobrevivir.
Para
combatir la pobreza hay que regular los mercados, hay que reformular
las reglas del comercio internacional, del trabajo, de la cooperación
internacional. Salir
de la pobreza requiere de mejorar los salarios, para incentivar la
rueda del consumo, de los impuestos. Requiere
de políticas públicas proactivas que dinamicen la producción
estratégica, también
de una reforma fiscal en profundidad. Para que además de los de
siempre, paguen los que hacen trampas e ingeniería fiscal.
Una
de
las
propuestas del
PSOE salida
de la Conferencia Política es aumentar
el salario mínimo interprofesional de modo que sea el 60% del
salario medio. Si esto se hiciera hoy, supondría pasar de los 640 €
actuales a 800 €
aproximadamente.
También
estamos comprometidos con una renta básica -no
universal porque las Klopowitz no la necesitan-
para las personas que verdaderamente la necesitan, que son cada día
más. Blindar
constitucionalmente los derechos sociales y
por supuesto, derogar la infame reforma laboral que ha llevado a
nuestro país a situaciones de esclavismo, aplaudido con las orejas
por los grandes empresarios.
Estos
días que convivimos con la alarma social del ébola debemos recordar
que la verdadera pandemia se llama pobreza. Y
que las instituciones y comunidad internacional tienen que
involucrarse mucho
más para garantizar los derechos humanos y la salud.
En
el Consell de Mallorca los socialistas pediremos que a través del
Fons Mallorquí de Solidaritat se destinen 200.000 € a Médicos del
Mundo y Cruz Roja para colaborar en la ayuda humanitaria contra el
ébola.
Solidaridad
internacional pero también derechos. Y no quiero acabar este post
sin recordar que en Balears hay cerca
de 20.000 personas a las que se les retiró la
tarjeta sanitaria. Víctimas de un apartheid sanitario del PP que las
expulsa en brazos de este sector tan lucrativo en nuestra isla como
es la sanidad privada.
Firmar
acuerdos contra la exclusión social al tiempo que practicas
políticas austericidas, de
recortes o de exclusión sanitaria es
un ejercicio de puro cinismo que
al PP se le da muy bien. Eso
sí, Bauzá
y Durán salen monísimos en la foto.
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