Este
fin de semana ha sido emocionante. Después de meses trabajando hemos
celebrado y debatido un nuevo proyecto en el marco de una Conferencia
Política. Hemos re-definido proyecto y nos hemos reencontrado con
los valores socialistas, dibujado un rumbo, un contrato social
renovado con la ciudadanía para la próxima década.
Hemos
debatido para construir una alternativa política, ética, económica
y social progresista a los retos y problemas que tenemos en nuestro
país: la pobreza, la exclusión, la precariedad laboral, la
desigualdad creciente, el deterioro y privatización de los servicios
públicos, el desmontaje neoliberal del estado de bienestar, el
ataque a la educación pública, la sanidad, las pensiones, los
servicios sociales, la dependencia, los derechos de las mujeres. Cómo
abordar retos como la lucha contra el cambio climático y una nueva
arquitectura política e institucional para hacer frente a las
grandes crisis que nos asolan y que alimentan la desafección y el
nihilismo.
Ha
habido mucha autocrítica, imprescindible para salir con las cosas
claras. Hemos cargado pilas, tenemos un gran proyecto colectivo
para España. Más verde, más rojo y más violeta. Es decir, más
ecologista, más socialista y más feminista.
Nuestra responsabilidad
es emprender una segunda transición democratizadora. Más política
frente a los mercados, mayor gobernanza y más Europa. Otra Europa,
más social y no papel mojado donde sólo gana el capital. Existen
alternativas al callejón sin salida al que nos conduce el modelo
económico y social neoliberal. Y éstas pasan por el estímulo, el
crecimiento y una fiscalidad verdaderamente progresista, que era
nuestra asignatura pendiente.
Necesitamos de más
política para combinar crecimiento y re-distribución. Desarrollo y
cooperación para asumir la igualdad y el bienestar social. Apuntar
a la economía verde baja en carbono, apostar por la innovación que
vive sus horas más bajas, por las TIC apoyando la
internacionalización de nuestras empresas. Apoyar el tercer sector,
la economía social, las cooperativas, la responsabilidad social de
las empresas. Modernizar nuestro tejido empresarial, su volumen,
nuestra industria turística, con zonas muy maduras poco competitivas
-esto en Mallorca lo sabemos muy bien-. Una economía del
conocimiento que invierta más dinero en educación y ciencia para
evitar la fuga de cerebros, el éxodo de tantos jóvenes y
profesionales que se han formado en nuestras universidades y se ven
obligados a buscarse la vida y probar suerte en otro país por falta
de oportunidades aquí. Pasar del esquema del Producto Interior Bruto
(PIB) al Conocimiento Interior Bruto (CIC) y eso implica un esfuerzo
ingente por la educación pública y de calidad, por dar más
oportunidades a nuestros investigadores. Nos fijamos como objetivo
dedicar a educación lo que la media europea, más del 5% del PIB.
Hemos dado un giro
copernicano en cuestiones fiscales, proponiendo una reforma fiscal
justa y progresiva que no grabe más a las clases medias y populares
sino la riqueza y el patrimonio, a las rentas del capital, que
persiga con más medios el fraude fiscal como hacen países de
nuestro entorno. Se recaudarían 50.000 millones de euros más lo que
nos permitirá mantener servicios públicos esenciales y financiar el
Estado del Bienestar: garantizar las becas como derecho, evitar
co-pagos sanitarios, promover políticas activas de ocupación, los
servicios sociales para evitar la pobreza estructural, financiar la
dependencia, ejecutar planes contra la pobreza, etc.
El Partido Popular ha
roto el equilibrio entre trabajadores y patronal y nos lleva por
derroteros de miseria y exclusión social. Más precariedad redunda
en pensiones no contributivas. Una espiral descendente. Hay que
volver a recuperar la fuerza de la negociación colectiva empoderando
a la clase trabajadora. Recuperar el equilibrio roto, aumentar el
salario mínimo como ya hicimos una vez y poner techos y coto a los
abusos de altos directivos de bancos rescatados con dinero público y
a los abusos salariales, de manera que ningún directivo pueda cobrar
en un mes lo que un trabajador en un año. Emprendiendo reformas
profundas para garantizar la igualdad y calidad del trabajo.
Se trata en definitiva
de reformas para vivir con dignidad, con calidad de vida, con una
cobertura vital básica. Una alternativa a las políticas
austericidas de la derecha.
Necesitamos recuperar
la confianza en la política y en quienes nos dedicamos a ella con
vocación de servicio público. La regeneración democrática pasa
necesariamente por más democracia y transparencia. Mayor
participación ciudadana y una lucha contra la lacra moral y
económica que es la corrupción, por ello tipificaremos en el código
penal la financiación ilegal de partidos, prohibiendo las donaciones
de empresas que contraten con la administración, agilizando los
procesos judiciales para acabar con prescripciones de delitos y la
sensación de impunidad que se nos queda. Ahondar en la calidad
democrática garantizando el derecho a la información, rendición de
cuentas, mayor control en los procedimientos públicos, etc.
Hemos por primera vez
asumido un compromiso explícito con el Federalismo. Mayor
coordinación y cooperación entre el Estado y Comunidades para
garantizar la cohesión social, solidaridad e igualdad. Al Partido
Socialista nos interesan las personas y no tanto las banderas e
identidades. Por ello queremos blindar la protección social, el
derecho a la sanidad para todas las personas, vengan de donde vengan,
porque es ruin lo que ha hecho el PP quitando la tarjeta sanitaria a
las personas más vulnerables. Reformaremos la ley electoral, de
partidos, para ganar en democracia, en cercanía entre el electorado
y representantes políticos con listas abiertas donde señalar
preferencias.
Más democracia es más
laicidad para que ninguna confesión pueda interferir en cuestiones
públicas. Para que los obispos no decidan sobre el cuerpo de las
mujeres. Por ello, denunciaremos algo tan extemporáneo como el
Concordato con la Santa Sede, apostamos por la autofinanciación de
las confesiones, defendemos la escuela pública, laica y coeducativa,
donde no tiene cabida la religión como enseñanza curricular ni en
horario escolar.
He vivido un fin de
semana intenso, emotivo, donde he visto compañeros y compañeras de
todos los rincones ilusionados y comprometidos con una sociedad más
justa. Le hemos echado muchas horas, he tenido el honor de
vicepresidenta de la Mesa de la comisión de bienestar social y
estuvimos siete horas. Vuelvo con la sensación de haber vivido algo
importante en la historia del Partido Socialista, algo histórico.
Como republicana
convencida me voy con la espinita de que nuestra estructura no
está todavía preparada para abordar este tema. Demasiados apegos.
No obstante el republicanismo es imparable dentro del partido. No se
puede tapar el sol bajo un campana. Así que es cuestión de tiempo
que en unas conclusiones podamos avanzar hacia el referéndum de
forma de estado, tal y como ha ocurrido con el laicismo.
En definitiva, vuelvo muy satisfecha del giro a la izquierda que hemos dado, de volver a conectar
con los nuevos tiempos. Ofrecemos un nuevo contrato de ciudadanía progresista,
modernizador, abierto, inclusivo, de vocación mayoritaria.
Un reencuentro con nuestros valores socialistas. Vuelve el PSOE.
Un reencuentro con nuestros valores socialistas. Vuelve el PSOE.